Sellando el Templo
I parte
[…]
Cae la espada… cintas de terciopelos pintadas en los crepúsculos
veo mis manos están bañadas en sangre, mi ropa, mi piel..., siento mis labios salados, húmedos, imposible enfocar la mirada…falta el aire…solloza el alma universal.
Has muerto Alquimista, has muerto…¡¿Por qué?!; fue demasiado el orgullo; ¿Tan difícil era vivir?. Intolerable el pretender alimentar con el canto del ave inmaculada al vampiro, la jaula se ha quebrado por su propio peso, esto…. Duele, es... es necesario… quito las armaduras, arranco mis vestidos con el aliento del dragón herido, estoy desnuda, mi piel se eriza, hay sangre aún… la herida atravesó el cuerpo, moriré…
((en ese gesto de placer cierro mis ojos, contengo…contengo… shhhh))
Me detengo en este mar y veo todo lo que fue, la inmensa luz, el inmenso amor, los sueños…esperanzas, la rosa, el loto… todo.
¡ESTALLA!
Mi corazón
Todo se torna dorado, flash iracundo en este desierto, oscuro, la luna cae del cielo se hunde en el mar, se destroza hasta el pútrido átomo, caen las estrellas….¡¿Qué sucede?! Siento fuego en mi rostro, ¡quema!… explota el iris, el sol está frente a mí, seca el mar de lágrimas…desnuda la luna, escucho una voz…
((Este cuerpo se destroza, ya no existe cielo ni tierra, todo se ha ido…))
Sentir… esto sin poder contenerlo. Sentir sin existir fuera o dentro… Sentir…
“Es inevitable”
